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RUTA DE LA CIUDAD VETTONA

DE ULACA

El número tres, sagrado para los vettones y sacralizado más aun multiplicándose por tres y convirtiéndose en nueve, nos recibió en nuestra última salida representado por un espectacular día, una espectacular ruta y un espectacular guía, tres espectaculares señales multiplicadas a su vez por las tres perspectivas que la enmarcaron, historia, cultura y paisaje.
Las formas caprichosas que aparecen en las rocas  dibujan un perfecto perfil humano
Nuestro guía fue Benito Zazo, profesor de Historia y alcalde de Solosancho, que concilió en una magistral visita los datos relativos a la Ciudad de Ulaca con una exposición sencilla, amena y rigurosa. Nos explicó que el lugar había sido ocupado unos quinientos años antes de Cristo, por lo vettones, un pueblo prerromano de cultura celta, perteneciente a la Edad del Hierro.
 
Encaramado en la piedra, nos aclaró que aunque mucha gente se refiere a este área como castros, poblado fortificado, era más apropiado nombrarla como oppidum, ciudad vettona fortificada, ya que su tamaño era superior al del recinto amurallado de la ciudad de Ávila.
Se la considera una de las mayores ciudades de la Europa de aquel tiempo.

Panorámica del valle de Amblés

En esta vista ventral se aprecian claramente las ocho patitas.
Este ejemplar de garrapata es un parasito de caballos, entre otros.
Aunque los individuos se miden en mm, este ejemplar medía más de 2 cm por estar repleto de sangre.

Garrapata común

Ixodes ricinus

Estos pueblos practicaban la litolatría, adoración a las piedras, y se cree que veneraban lugares emblematicos como la piedra caballera que están "sujetando" Carlos y Paco.
Cerca de esta piedra se encontró la necrópolis de la ciudad. Enterrados en las tumbas apareció mezclada con otros restos, una
moneda griega. Como nos dijo Benito en ciencia cuando se contesta a una preguntas, se abren muchas más preguntas.
La ciudad se emplaza en un lugar estratégico, claramente defensivo.
En primer lugar está situado en una meseta a1500 m de altura, desde la que se controla el valle de Amblés y la Sierra Paramera.
Después, los enemigos que quisieran entrar en la ciudad tenían que atravesar una muralla, y unos metros más arriba una segunda muralla.

Las flechas señalan la primera y segunda muralla

Aquí estamos en el Altar de los sacrificios, el edificio que los vettones utilizaron como templo.
Según el estudio del investigador Manuel Pérez, las escaleras del edificio están orientadas de forma que el único día que no reciben sol es el del solsticio de invierno. De esta forma los druidas, sacerdotes vettones, podían orientarse según el calendario solar.
Por otro lado la pendiente de las escaleras les permitía datar los días 1 de noviembre y 20 de febrero.
Curiosamente el 1 de noviembre es una festividad común en muchas culturas, Samhain para los vettones, día de Todos los Santos para los católicos, y Halloween en la cultura anglosajona Lo que indica un origen común.
 

Altar de los Sacrificios

Estudiando las posiciones del sol en relación al muro que se observa en la fotografía, al gran trono del altar y a accidentes geográficos del terreno, los vettones eran capaces de marcar fechas claves como el Lugnasad (13 de agosto), el Beltaine (10 mayo)... 
 
En la noche del Lugnasad, Solosancho se convierte en un poblado vetton, y celebran con bailes, mercados y ceremonias la luna llena del mes de agosto. Estamos deseando que llegue la fecha para ir a la LUNA CELTA 2014, fiesta a la que estamos todos invitados.
 

Enebro común

Juniperus communis

A esta altura, 1500 m, los árboles son escasos, encontramos
unos pocos robles. Predominan el piorno y el enebro. Este último bien conocido por los amantes de la ginebra, ya que sus "frutos" se utilizan para aromatizar esta bebida y aparecen en la etiqueta de algunas marcas (Gordon's, Larios...)

Casa vettona

La imagen de la derecha nos muestra la base una típica construcción vettona. Las paredes eran de piedra, y tenían  una o varias estancias, la más importante de las cuales era la cocina, que contenía el hogar. El tejado lo hacían con las ramas secas de piorno.
Los vettones eran buenos canteros. La imagen nos muestra el método que utilizaban para partir el granito. Hacian unos agujeros, en los que introducían troncos que empapaban en agua para que al crecer partieran la roca.
Las flechas marcan los restos de los orificios que marcaron la línea de corte.
 
En la cantera hay muchas rocas cortadas y abandonadas. Lo que sugiere un abandono brusco de la zona, probablemente debido a la llegada de los romanos.

Cantera

Después de comer la ruta tornó en aventura. Ya sin guía, ascendimos a la parte más alta del oppidum para contemplar la cara norte de éste y la sierra de la Paramera. Tras alcanzar la cima a más de 1500 metros de altitud se presentó ante nosotros un enorme precipicio decorado con las más sorprendente formaciones graníticas compuestas por paredes vertiginosas, formaciones suspendidas en el aire desafiantes a la gravedad

 

Cumbres de la

Sierra de la Paramera

 

Terminamos la salida con una sorpresa muy dulce, no sin antes haber disfrutado de estos magníficos taffonis, formas cavernosas que aparecen en las paredes del granito.
 
¡Taffonis o buznatos!
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