INAUGURACIÓN RUTA DEL RÍO CORNEJA Y HOCINO
Casi 190 participantes asistieron a la inauguración de la última ruta de senderismo recuperada por el club Berrocaminos, La Ruta del Río Corneja y Hocino. Las redes sociales realizaron su cometido y acudieron no sólo desde localidades cercanas a Santa María del Berrocal sino que también nos visitaron senderistas de Ávila, Madrid y Salamanca.
Una larga hilera de caminantes, inabarcable en una única mirada, atestiguaba el éxito de la inauguración y colmaba nuestras expectativas de convocatoria.
Las hojas todavía no cubrían los árboles, pero muchos ya nos permitieron disfrutar de sus flores, por ejemplo las bardas, cuyas inflorescencias masculinas se muestran en la fotografía
A lo largo de la ribera del río el espectáculo de los sentidos era soberbio, el ritmo y la cadencia del fluir del rio junto a la melodía del trino de los pájaros se enmarcaban en un decorado de majestuosos y centenarios árboles, impregnado todo ello por la frescura de la hierba que alfombraba el camino a nuestro paso.
Nos alejamos del cauce del río para atravesar el Villar, un pueblecito de escasos habitantes sorprendidos por la invasión repentina de tal cantidad de montañeros.
Y parafraseando a Juan F. Díaz Hidalgo, autor de algunas de las magníficas fotos que aquí se disfrutan, "No es el Monte Fuji lo que está al fondo, no. Se trata de la Covatilla".
Hacía mucho tiempo que no se concentraba tanta gente en ese lugar, triste Castilla, pero a la vez con tantas historias que contar como las que intuimos ante el encanto que transmiten las norias abandonadas y los ruinosos molinos que salpican el camino.
Luego de admirar la sencilla y acertada arquitectura de El Puente de La Fonseca, algunos tomaron el ansiado tentempié descansando sobre los grandes bloques graníticos desde donde se divisaba el Hocino.
Es en el Hocino donde constatamos que no debemos considerar irrefutable lo aparentemente obvio, al comprobar que una gran parte de los senderistas de Berrocal no conocían ni el Puente de la Fonseca ni el Hocino. Otra razón más para darle sentido a nuestros proyectos.
Los más rezagados sin embargo, disfrutamos de la comida en una de las playas que se forman a la orilla del río, rodeados de un bucólico paisaje de césped natural y encinas.