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RUTA al CASTRO DE LAS COGOTAS

Mayo 2017

Aunque ya metidos en plena primavera, el día era fresco y los nubarrones amenazaban con acabar por estropear el día.

Esta vez, el punto de encuentro para iniciar la ruta por el castro vetón de la Cogotas,  fue la felizmente rehabilitada casa consistorial de Cardeñosa, una de cuyas plantas está ocupada por un centro de interpretación dedicado a la divulgación de los estudios realizados en el castro por el arqueólogo Juan Cabré en los años 20 del pasado siglo.

Allí nos concentramos 23 dispuestos andarines desafiando al mal tiempo y deseosos de dar comienzo a una prometedora jornada.

 

La visita al centro fue guiada por una trabajadora local que, de una forma didáctica y amena, nos introdujo en la fascinante historia del pueblo vetón.

Maqueta del poblado que debió existir en los siglos III-II a. C, en la llamada Segunda Edad de Hierro.
En la zona abundan estas dos especies de tomillos. Una característica que las distingue es que el salsero tiene hojas con margen revoluta mientras que las de la mejorana son planas.

Una vez terminada la explicación, pasamos a visitar la Iglesia de la Invención de la Santa Cruz, donde cabe resaltar el retablo renacentista y el magnífico artesonado.

Ya en la iglesia, nuestra visita empezó a ser conducida por Conchi, alegre y campechana orensana trasplantada a las tierras abulenses, como ella misma confesó, por amor y convicción.

Después de ver la iglesia comenzamos una caminata que, atravesando campos de tomillo, lavanda y romero, que regalaban su agradable aroma a nuestro paso, nos llevó a los restos del Castro de las Cogotas.
 Tomillo salsero
 Thymus zygis   
 
 Tomillo blanco o
 mejorana
 Thymus mastichina   
 
En la zona se han encontrado numerosas muestras de alfarería y de artesanía donde destacan las fíbulas de bronce, especie de broche para cerrar las vestiduras. También fue encontrada una importante necrópolis.
La imagen muestra una reconstrucción de lo que sería el castro. En el recinto superior se piensa que habría casas adosadas a la parte interior de la muralla. En las casas la base sería de piedra y la zona superior de adobe. El techado probablemente era una mezcla de paja y ramas.
En el castro  destacan las estructuras defensivas consistentes en murallas, entradas y campos de piedras hincadas. Estos últimos son zonas sembradas de cantos picudos hincados en el suelo, que discurren paralelos a la muralla septentrional y llegan hasta la misma base del muro. La finalidad de estas defensas, sería la de entorpecer el ataque, a caballo o a pie. 
 
Hierba de los anteojos en fruto Biscutella auriculata
En el castro se encontró este "verraco" que se expone ahora en Ávila capital. Las esculturas de toros y cerdos, “verracos” se han interpretado de muchas maneras, las últimas revisiones proponen que éstos se establecían para indicar los pastos invernales, aunque no descartan el valor simbólico.
La Calzadilla de Cardeñosa, que al menos desde la época medieval, servía para unir Cardeñosa, tierra de canteros, con la capital abulense.
Abandonamos el yacimiento vetón acompañados por el majestuoso vuelo de numerosos buitres leonados que, desde su privilegiada posición, observaban como nos dirigíamos de vuelta al pueblo de Cardeñosa, donde íbamos a disfrutar de una merecida comida.

Visitamos los tres bares del pueblo para dar buena cuenta de sus deliciosos pinchos y despedirnos de este histórico enclave con el mejor sabor de boca.

Nos despedimos también cariñosamente de nuestra guía y, tan encantados estábamos con el pueblo y su gente, que a punto estuvimos de llevarnos a uno de sus habitantes. (De la familia de los Ixodidae)

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