Ruta de los Lagares Rupestres

Septiembre se presentó caluroso en la última ruta realizada por el Club Berrocaminos, "La ruta de los Lagares Rupestres". El hilo conductor de esta ruta son los lagares, construcciones realizadas en granito en épocas prehistóricas que tenían como finalidad la de prensar la uva en el primer paso de elaboración del vino.
Joaquín Berrocal Rosingana, ex profesor de la Universidad de Salamanca y “padre” e ideólogo de esta ruta fue nuestro guía por este paseo a través de la sierra de Francia, más concretamente por los alrededores de San Esteban de la Sierra.


Tal como Joaquín nos comentó, en la actualidad no hay municipio de España que en tan pocos kilómetros cuadrados tenga localizados un número tan elevado de ellos, más de cien estructuras de esta índole.

Ha sido el propio Joaquín el que, fruto de su voluntad y perseverancia, los ha ido descubriendo y sacándolos a la luz, ya que la mayoría estaban ocultos por la vegetación o bajo tierra.


Además del interés de estas construcciones, el itinerario discurre por un maravilloso paisaje, contando también con varios miradores naturales desde los que se contempla el Macizo Central de Gredos en todo su esplendor.
La presencia de un clima más benigno en esta comarca, que disfruta de una mayor humedad y menor frecuencia de temperaturas bajas, hace que la vegetación adecuada al entorno sean predominante los robledales.
Éstos bosques de robles, entre los que se intercalan castaños, fresnos y cerezos silvestres, están ganando terreno y extendiendose por toda la comarca. Es una buena noticia que tiene su parte triste, esta vuelta a la naturaleza es la consecuencia del abandono de las poblaciones rurales.


Roble (Quercus pyrenaica)
Tafonis en granito
piedra caballera
La geología de la zona tampoco decepciona, el paisaje granítico domina el terreno. De hecho son los granitos la materia prima para la construcción de los lagares.
En la ruta se encuentran impresionantes muestras de cómo la erosión durante millones de años puede modelar y dar al granitos sus caprichosas formas.


Después de la visita del último lagar el camino nos deparaba una sorpresa, Miguel nos esperaba en su finca con un tentempié de uvas, perrunillas y aguardiente. Las uvas eran exquisitas y qué decir de las perrunillas, por supuesto caseras, ¡hacía mucho tiempo que no comía unas tan deliciosas!
Domina la entrada a San Esteban de la Sierra un grupo de olivos casi milenarios.

OLIVO (Olea europaea)

Tras la larga caminata visitamos la Bodega Cooperativa de San Esteban de la Sierra fundada en 1959. La bodega, la mayor productora de vino en la Sierra de Salamanca, recolectó 750.000 kilos de uva (rufete, tempranillo y verdejo ) y embotella unos 160.000 litros con la emblemática marca Tiriñuelo. Allí nos explicaron las nuevas técnicas para la elaboración del vino y disfrutamos de una cata de vinos. Los vinos resultaron totalmente recomendables.
Y de allí, con la alegría en el cuerpo, nos dirigimos directamente al restaurante donde degustamos entre otros platos el famoso lagarto ibérico. Por último, el colofón del día lo puso un agradable paseo por las calles de San Esteban de la Sierra observando la arquitectura tradicional serrana.

En una de sus calles conocimos a Luis, un niño extremadamente simpático que nos explicó cómo se celebra la corrida de toros en la misma plaza del pueblo y el enorme riesgo que supone trasladar los toros que serán lidiados allí hasta una especie de toril por el que bajarán luego de nuevo a la plaza. ¡Muchas gracias a Luis y a Joaquin por sus explicaciones!




Y terminamos volviendo a casa,
a Santa María del Berrocal.