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RUTA LA ALMOHALLA-HOYORREDONDO

Cuando preparábamos la excursión nadie se imaginaba que el 19 de mayo tendríamos un día lluvioso y frío, y mucho menos aún que la sierra de Piedrahíta estuviera nevada. Pero así fue, el mal tiempo empieza a ser el pan de cada día de nuestras excursiones, lo que tiene unas desventajas claras pero también ventajas, el campo estaba precioso, repleto de flores y de un verde resplandeciente .  

Salimos de la plaza de Berrocal y bajamos hasta San Bartolomé, para cruzar el río Corneja. Utilizamos la pasarela de piedra que ha sido recientemente restaurada y permite disfrutar de unas magnificas vistas del cauce. Bueno no todos cruzamos por la pasarela, alguna "prefirió" cruzar por la carretera.

En el camino atravesamos la zona de campos de cultivo que rodea al Corneja. Es una zona llana, en la que predomina los cultivos de secano. Vimos cultivos de trigo, avena y centeno, éste último distinguible desde lejos por su tonalidad azulada.

Al cruzar la carretera el paisaje cambió radicalmente, los campos de cultivo dejaron paso a los robles. En este camino Lucio se encontró con un polluelo de estornino negro (Sturnus unicolor), pájaro que aquí llamamos tordo. La niñas previamente se había encontrado un huevo azul, un huevo de tordo, huevo que mantuvieron calentito todo el camino en la espera de que la cría no muriera.

 

En el valle hay dos tipos de estornino, el estornino pinto (Sturnus vulgaris), aquí llamado estornino y el negro, tordo para nosotros. Ambos son muy parecidos en forma y comportamiento, y además se agrupan en bandadas mixtas. La principal diferencia es que el pinto vive durante primavera-verano en centroeuropa y viene a la península a pasar la época de frío. Mientras que el tordo vive aquí permanentemente. 

​Tordo o Estornino negro

(Sturnus unicolor)

(Wikimedia Commons)

Los tordos tienen mala fama por tener una carne dura no comestible, y por competir con los agricultores al comerse los frutos de sus frutales, pero conviene saber que también hacen una labor positiva para el ecosistema. También se alimentan de insectos por lo que ayudan a controlar las plagas y al escarbar en las heces del ganado en la búsqueda de insectos, esparcen los excrementos fertilizando el terreno.

​Estornino pinto

(Sturnus vulgaris)

(Wikimedia commons)

El término tordo puede crear confusión porque también se utiliza para designar a otro pájaro, Turdus philomenus, familia del mirlo.

Tordo o Zorzal común

(Turdus philomenus)

(Wikimedia commons)

La ascensión por la ladera de La Almohalla la hicimos por camino de pendiente suave y entre prados rodeados de fresnos y robles. En alguna ocasión tuvimos que sortear los charcos que ocupaban todo el camino, saltando a los prados cercanos. Bueno menos Ricardo que pudo pasar por la laguna, aunque no sin comprobar que cubría por encima de la rodilla.
 

Otra de las plantas que estaba en floración es la vinagrera o acedera de lagarto (Rumex bucephalophorus). Esta planta se utilizaba en ensaladas, aunque tiene un sabor agrio, como nos dice su nombre común.

De vez en cuando nos venía un agradable olor, el del majuelo o espino albar en flor (Crataegus monogyna). Los frutos de esta planta son comestibles aunque poco apreciados, por lo que se le daba de comer al ganado. En infusión parece tener efectos sedantes, lo que es claro es que una excelente planta melífera.

Cuando hicimos la ruta del Trampal vimos la peonía o rosa maldita (Paeonia broteori) en fruto. Ahora estamos viendo la flor que dio lugar a ese fruto. Recuerda que es una planta tóxica.

Majuelo o Espino blanco (Crataegus monogyna)

Vinagrera (Rumex bucephalophorus)

Rosa maldita o Peonía (Paeonia broteroi)

Paramos primero en La Almohalla a tomar un tentempié y luego la comida en Hoyorredondo, donde los niños se balancearon y disfrutaron de lo lindo y algunos mayores hasta hicieron nuevos amigos.

Decidimos hacer la foto de grupo en las escaleras de la iglesia de Hoyorredondo, pero no nos dimos cuenta de que faltaban dos personas, grave error. Hete aquí que luego aparecieron en la foto. Alguien dijo que era un milagro, cosa natural cuando se está en las escaleras de la iglesia.

Hasta la comida el tiempo, como decían las predicciones meteorológicas, nos respetó. Pero ya cuando estabamos comiendo empezaron a aparecer nubes grises que anunciaban la lluvia que nos pilló mientras nos acercamos andando entre los campos de cultivo al cauce del Corneja.

Bajo la lluvia seguimos una senda que discurre paralela al río. El trayecto fue un poco incómodo pero nos permitió disfrutar de un Corneja caudaloso y de un campo cubierto por hierbas que en algunas ocasiones nos llegaban hasta la cintura.

Al llegar a Palacios la mayoría nos buscamos la vida para volver a Berrocal en coche, aunque un puñado de valientes terminó el camino donde lo había empezado

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