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RUTA SANBLASERA 

El sábado 6 de febrero los amantes de las sendas y amigos de Berrocaminos (unas 80 personas esta vez) nos reunimos para celebrar San Blas a nuestra forma, caminando casi durante dos horas y media. Lo primero que hicimos en el punto de salida fue recoger la comida que llevó cada uno para no tener que ir cargados con ella. Bajamos por el cuartel hacia El Pilón, pasamos La Canchuela y Las Carreras, y al llegar a la zona conocida como Las Calzadas tomamos el camino de la izquierda, lo que llamamos la Calleja del Rejón. Se llama así, casi con toda seguridad, por tener esta forma de reja de arado el prado que sirve de división a ambos caminos.
Más adelante, en La Calderona, el vendaval prometido en los pronósticos se hizo presente con fuerza. Un poco más abajo comprobamos con tristeza las consecuencias de la sequía, ya que la fuente del ventorro continúa seca. Su construcción es similar a la más conocida del Barrancón, y su función principal fue abrevadero de ganados. 
Pasado el ventorro, o venturro como decimos habitualmente, hicimos una pequeña parada. Aquí recordamos algunos, y otros conocimos por primera vez, la existencia de un poblado en toda esa zona. Su nombre era Arroyo Campos, y pertenecía al entonces municipio de Valdemolinos, jurisdicción (al igual que Berrocal) de la villa de El Mirón. Está documentada su existencia hasta el siglo XVIII, y con toda probabilidad se trataba de humildes viviendas familiares diseminadas por la rivera del arroyo, cuyo caudal (mucho mayor en aquella época) permitiría la siembra de huertas y el mantenimiento de los animales necesarios para aquella economía de subsistencia. La última de estas viviendas, el ventorro, que aunque derruida aún puede contemplarse, estuvo habitada hasta la década de los 50. Algunos topónimos, como Los Linares, Arrocampo o Casas Tejadas hacen referencia a este poblado.
Continuamos por senderos muy atractivos a causa de la espesura de la vegetación. Al llegar a la carretera de Gallegos o de la Venta, comprobamos que estábamos en la provincia de Salamanca, aunque a pocos metros volvimos a pisar nuestra tierra abulense.
Pasando por Pelo Malo, La Pedrera y La Lobera disfrutamos del bosque de encinas, algunas centenarias, y de espectaculares formaciones geológicas causadas por la erosión a lo largo de millones de años.
Las minicavidades que se observan en la roca son el resultado de un proceso conocido como tafonización. El agua que escurre por las paredes de la roca descompone y desagrega los minerales que la componen. Las paredes pasan a ser fácilmente erosionables y el viento u otros agentes terminan por arrancar los granos minerales, dejando las oquedades que se observan.
Tafonización en granitos
El mismo proceso explica la caprichosa formación en seta que se observa en la fotografía inferior. La tafonización en este caso se produce en el subsuelo, las paredes del granito enterrado están en contacto directo con el agua, lo que va disgregando los minerales y descomponiendo la roca.
A medida que la erosión progresa, la roca va quedando al descubierto, pero en la parte enterrada continua la alteración y el adelgazamiento de la roca. 
Al cabo del tiempo quedará la roca en forma de seta, con una parte superior más ancha, que ha estado menos tiempo enterrada, y una base estrecha resultado de una alteración más prolongada.
Granito con forma de seta
Llegamos a Bajohondo y continuamos hasta retomar el punto de bifurcación de los caminos, en Las Calzadas. Aquí tomamos el Camino del Cura hacia El Pedregal, donde una base de piedra con inscripciones ilegibles nos recuerda la existencia de un crucero cristiano en tiempos pasados. Por La Canaleja llegamos hasta la fuente de Valdemolinos, y unos pocos metros más adelante todos a preparar mesa y mantel para compartir merienda, según costumbre sanblasera. Y como siempre, un éxito. "Todo delicatessen", se comentaba, al comprobar la variedad y exquisitez de los platos, reconociendo el empeño y esfuerzo de los cociner@s. El tinto de verano, a pesar de no estar en temporada alta, también fue muy valorado. ¡Otra jornada estupenda!
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